- Intenta no hacer distinciones. Trata igual a todos los miembros del equipo y no entables amistad más con unos que con otros. Esto sólo te llevará problemas: empezarán los recelos y te acusarán de favoritismo. Nadie saldrá ganando.
- Un equipo es un grupo de individuos que trabajan conjuntamente: haz que tu equipo socialice en los ratos libres. Por ejemplo: en lugar de comer cada uno su tupper en su mesa de trabajo, ¿por qué no os reunís todos para el descanso y coméis juntos? ¿Qué tal un café de media mañana en la sala de reuniones? ¿Bajamos todos a comer de menú en el bar de la esquina? Intenta que tus empleados se conozcan entre ellos. Advertencia: no es tarea fácil, siempre hay alguien a quien no le gusta el café.
- Evita los comentarios sobre algún miembro del equipo a otro. Si algo te parece mal (o bien), habla directamente con el interesado. ¡Sé honesto! Piensa que si halagas mucho a un empleado delante de otro, éste se sentirá inferior y empezarán los recelos. Por otra parte, si le criticas, generarás desconfianza. Debes ser sincero con los integrantes de tu equipo.
- Evita hacer comentarios dirigidos a uno de los integrantes cuando los demás están presentes. Evita dejar en evidencia o halagar a alguien delante del resto del grupo. El respeto es la base de todas las relaciones.
- Si dos personas realizan el mismo trabajo y sus responsabilidades son las mismas, deberían tener el mismo sueldo. Si hay diferencias en el salario, explica a qué se deben (antigüedad, responsabilidad, etc.)
- ¡Team bulding! Es la construcción sintáctica de moda. Una o dos veces al año, saca a tu equipo de la oficina para que le dé el aire. Un fin de semana en una casa rural les servirá para conocerse mejor y entablar amistad. Una cena de Navidad, o cualquier actividad fuera del recinto empresarial servirán para cohesionar. Por supuesto, los gastos corren a cargo de la empresa.
- En caso de conflicto, escucha a todas las partes. Evita hacer juicios de valor o anticiparte. No ignores el conflicto, ya que habrá que cortarlo de raíz. Piensa que cuánto más tiempo dejes pasar, más grande se hará el problema.
- Evita la competitividad. Nada de premios para los primeros o castigos para los últimos. Los integrantes de tu equipo no deben verse como contrincantes, sino todo lo contrario. Si haces tratos de favor competirán por tu simpatía y destruirás el equipo.
- Recuerda: comentarios constructivos, no destructivos. Para cohesionar un equipo, debes hacerte respetar, pero no a base de machetazos. Si el equipo piensa que no les respetas, perderás su confianza.
- Por último, piensa que la cohesión es algo que se debe construir desde dentro. Pon todo tu empeño en que tu equipo se lleve bien y se apoye mutuamente y el trabajo fluirá.